lunes, 15 de diciembre de 2008

PERSPECTIVAS FILOSÓFICAS DEL LENGUAJE

Aunque se pueden rastrear prolegómenos de la filosofía del lenguaje en la filosofía clásica, su inicio se da con la lógica en la Edad Media. Las fuentes de la filosofía medieval del lenguaje fueron dos:

a) la filosófica, de tradición aristotélica, desarrollada en estrecha conexión con doctrinas lógicas y problemas metafísicos, y

b) la gramatical, de origen estoico y tradición alejandrina, que culmina en la escuela de los modistae de los siglos XIII y XIV.

De mucha utilidad para la lingüística, la filosofía del lenguaje estudia al ser humano como hablante no ideal sujeto a un número ilimitado de variantes o perturbaciones, además investiga las características necesarias para que algo que se expresa sea “lenguaje”.

Corno se ha repetido en innumerables ocasiones, Frege se encuentra en el origen de la lógica formal y de la moderna filosofía del lenguaje. A pesar de la falta de conocimiento, y reconocimiento, de su obra en su época, ejerció una influencia decisiva en la constitución de estas dos disciplinas, principalmente a través de la difusión de sus ideas por parte de B. Russell y L. Wittgenstein.

En cuanto a la lógica, fue propósito de Frege llevar a cabo la obra revolucionaria que situaría a la matemática sobre los fundamentos más sólidos. En cambio, se puede decir que su aportación a la filosofía contemporánea del lenguaje fue considerada por él como secundaria y circunstancial.

En su sentido más general, la aportación de Frege a las teorías modernas sobre el lenguaje se puede caracterizar del modo siguiente: las teorías del lenguaje han de dar cuenta de la relación de éste con la realidad, y esto se puede hacer al margen del análisis del pensamiento. La relación semiótica había sido concebida como una relación mediata entre el lenguaje y la realidad. Los contenidos mentales (ideas, conceptos, interpretantes, etc…) constituían la condición necesaria de la significación, de la conexión entre la expresión lingüística y la realidad extralingüística. Frente a esta concepción, las teorías lingüísticas de Frege suponen un retorno a las ideas medievales y aristotélicas: el concepto mediador es desprovisto de su contenido psicológico, siendo objetivado, y, lo que es más importante, la lógica recupera el papel central en el análisis del lenguaje. A partir de Frege, el análisis formal del lenguaje va a constituir un instrumento privilegiado en las teorías filosóficas y lingüísticas más importantes del siglo XX.

Según Frege, «si es una tarea de la filosofía romper el dominio de la palabra sobre la mente humana al descubrir los engaños que sobre las relaciones de los conceptos surgen casi inevitablemente en el uso del lenguaje, al liberar al pensamiento de aquellos con que lo plaga la naturaleza de los medios lingüísticos de expresión, entonces mi conceptografía, más desarrollada para estos propósitos, podría ser un instrumento útil a los filósofos»(1)

De acuerdo con esta tradición, que Frege transmitió a buena parte de la filosofía del lenguaje de este siglo, el lenguaje común es irremediablemente vago e impreciso para la representación de la estructura de la realidad. La alternativa ante esta situación es, o bien la sustitución de tal lenguaje natural por instrumentos expresivos más adecuados (en particular, los lenguajes matemáticos), o bien el análisis conceptual de dicho lenguaje, que descubre la auténtica estructura oculta, de carácter lógico, de las expresiones lingüísticas. La regimentación lógica y el análisis formal serán a partir de Frege los instrumentos favoritos del filósofo del lenguaje para intentar resolver los tradicionales problemas semánticos.

(1) BEUCHOT, Mauricio. (1986). La conceptografía y la lógica formal de Frege. Revista Elementos, Ciencia y Cultura, 9, 70-75.

0 comentarios: